27/4/07

¡Este cielo gris y esta lluvia persistente!
Es una mañana propicia para la melancolía, pero el capricho de la memoria no me trae a la mente el aula machacona de Machado sino la dulce melancolía de la Penélope que canta Serrat (es de Luis Alberto Aute el texto?) esperando, con su bolso de piel marrón, y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo.
Huele a fin de semana largo y a ozono de puro abril enloqucido,
este húmedo abril que nos depara grises azulados
en el hondo tapiz de los ensueños.
Y los dedos se niegan al tecleo concorde del teclado.
No puedo evitar, tal vez no quiero,
que vuelen los recuerdos y se engolfen
en esta mañana gris de lluvia persistente.
Y al volar emerges y apareces
y me pongo a escribirte como tonto
para decirte solo que me acuerdo.
y desearte equilibrio
y sosiego
y dicha
y paz
y amores que pinten en abstracto lunas lllenas
y días que dibujen sonrisas en las nubes
y cómplices pisadas
y miradas azules de almenas de princesas
y dragones y príncípes durmientes
y besos
y huidas a las doce
en las alas sutiles de las hadas aladas de Darío...
Y es que, Diana, está linda la mar
y el viento canta
sonatinas azules
de soñada ilusión.

16/4/07

El peor de los silencios es siempre mejor que la ausencia de respuesta. Convertir un diálogo en un monólogo es la más terrible de las adaptaciones teatrales a la que podemos someter el texto de alguien a quien decimos que queremos o algo semejante.
La verdad es que no sé por qué digo estas tonterías.
Tal vez porque desconociendo la causa, me siento perdido en esta especie de desierto cruel que solo tú sabes administrar como una auténtica reina; auténtica, sí, pero pelín sádica.
No tomes mis palabras como una recriminación, a la que no tengo derecho (ni torcido), sino como la expresión pausada y tranquila de un dolor del que no me quejaré pero que existe, como la noche, como las sombras y las tormentas, como las epidemias y la muerte: aunque quieras, no es posible ignorar que existen esas y otras lacras, como el dolor, a veces.
Ya ves, yo espero y deseo que estés bien, muuuuy bien, que todo te vaya saliendo como mereces.
¿Y de mi? De mí, te diré...
nada:silencio
silencio
silencios
silencios;
no quiero que pienses que exploto la vena de alguna pena que valga más que toda la alegría. Eso sí, que sepas que vivo y que he dejado una y otra vez, ingenuamente, rastro de mi voluntad y afecto en tu contestador automático, que debes tener lleno de memorias u olvidos o cualquiera sabe.También las nubes de Castilla saben de ausencias y dolores de alma, pero eso es harina de otro costal... o tal vez ni siquiera sea harina.
Ya he vuelto, por si necesitas algo de tu amigo (¿?). Sabes que está dispuesto a dártelo si lo tiene o a buscarlo si no... Pero acabo de darme cuenta de que los amigos se eligen, claro... no basta con que yo quiera, hace falta que tu también. Bueno pues por eso, por si las moscas o las elecciones o lo que sea.
Un abrazo.
EX TOTO CORDE.

4/4/07

machadiana

La mano del poeta invita otra vez al banquete de nuevas sensaciones. La poesía vive en cada recodo del camino, que blanquea serpeando en la tarde y avanza, hasta enturbiarse y desaparecer. De nuevo los versos evocados, de nuevo los ensueños compartidos, de nuevo las rimas que definen gritos ahogados de esperanza.
Con las lluvias de abril y el sol de mayo.
Algunas ramas verdes le han salido.

Otro milagro de la primavera

Escribir esta especie de diario es como pasear el atardecer cuando el sol y luz ya no queman, cuando el aire se carga de esencias misteriosas de día, derramado ya en recuerdos vividos, en esencia de frutos de la tarde, en nostalgias de tiempo.
Ay, primavera soriana en esta ribera azul de suaves espumas mediterráneas que también saben obrar, a veces, prodigios y milagros.
Ha caído la noche mansamente y la anchurosa paz de la larga planicie negra del mar contagia mis ojos del opaco silencio de la espuma dormida.
Quiero anotar, también, en mi cartera, la gracia verdecida de tu voz hecha palabras y aire y espacio y tentación de vida que tantea ciega, sin saber muy bien adonde va, pero latente y viva.
Tu voz, la gracia de esa rama primaveral y nueva que me invita a soñar en un alba que aguarda no se dónde ni cómo, pero auroral y misteriosa.
Machadiano soñar que huele a primaveras.