22/9/07

Este cielo gris, esta tarde lánguida



Llueve.
Detras de los crisales llueve
y llueve...





Este otoño patriarcal y gris
tiñe de sombra
el azul sereno del mar,
que ni se mueve en ondas
más allá de los festones blancos
bordados con espumas

sobre el blando bastidor de arena de la orilla.

Y llueve
también sobre mi pobre corazón cansado
de nostalgias azules,
mansamente,
dulcemente,
mientras cumplo días, semanas, meses
como gotas de lluvia,
y años
como pequeñas tormentas de recuerdos y almanaques.
Oir la voz que es eco y es vacío,
que es mañana y ayer de gotas repetidas
de mi sangre
recobrada en saludos
y lejanos abrazos,
sangre que promete,
tal vez, encuentros y armonías y afectos mano a mano.


No me importa cumplir
el rito de los años
si vuestra voz me llega entre las nubes:

anunciando auroras y abriendo el arcoiris
mi corzón renace
en cada gota de otoño que me inunde.