16/4/07

El peor de los silencios es siempre mejor que la ausencia de respuesta. Convertir un diálogo en un monólogo es la más terrible de las adaptaciones teatrales a la que podemos someter el texto de alguien a quien decimos que queremos o algo semejante.
La verdad es que no sé por qué digo estas tonterías.
Tal vez porque desconociendo la causa, me siento perdido en esta especie de desierto cruel que solo tú sabes administrar como una auténtica reina; auténtica, sí, pero pelín sádica.
No tomes mis palabras como una recriminación, a la que no tengo derecho (ni torcido), sino como la expresión pausada y tranquila de un dolor del que no me quejaré pero que existe, como la noche, como las sombras y las tormentas, como las epidemias y la muerte: aunque quieras, no es posible ignorar que existen esas y otras lacras, como el dolor, a veces.
Ya ves, yo espero y deseo que estés bien, muuuuy bien, que todo te vaya saliendo como mereces.
¿Y de mi? De mí, te diré...
nada:silencio
silencio
silencios
silencios;
no quiero que pienses que exploto la vena de alguna pena que valga más que toda la alegría. Eso sí, que sepas que vivo y que he dejado una y otra vez, ingenuamente, rastro de mi voluntad y afecto en tu contestador automático, que debes tener lleno de memorias u olvidos o cualquiera sabe.También las nubes de Castilla saben de ausencias y dolores de alma, pero eso es harina de otro costal... o tal vez ni siquiera sea harina.
Ya he vuelto, por si necesitas algo de tu amigo (¿?). Sabes que está dispuesto a dártelo si lo tiene o a buscarlo si no... Pero acabo de darme cuenta de que los amigos se eligen, claro... no basta con que yo quiera, hace falta que tu también. Bueno pues por eso, por si las moscas o las elecciones o lo que sea.
Un abrazo.
EX TOTO CORDE.

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