11/5/07

EL DULCE LAMENTAR DE DOS PASTORES Brindis

Me llama Tina o llamo a Tina, tanto monta,
para hacernos llegar algún beso de espuma compartida
mar adentro del tiempo y del cariño.

Reposa su sueño renovado, dices,
esa voz que prologa el eco de tu sangre.

Mientras velas su sueño al pie de la esperanza
-¡Ha llegado a hasta ti, no la despiertes!- te propongo
gozar con vino de ribera un brindis
reposado de sangre enfebrecida:
"¡Por lo hijos que vuelven cuando vuelven!
Por los hijos
que viven su aventura;
por los hijos
que ritman nuestros actos
en esta Comedieta en que escribimos los surcos de la vida;
por los hijos
que olvidan lo que viven y viven sus olvidos
como broncas mareas enjauladas;
por los hijos
que en el fondo nos saben y nos guardan
sin saber desprenderse del todo de nosotros;
¡Por los hijos, amiga, por los hijos!
Porque duele su ausencia como un parto,
bebamos su presencia en el remanso
del tiempo recobrado:
no me podrán quitar el dolorido
sentir si ya del todo
no me quitan primero los sentidos.
Y pues sabemos latir espumas de mareas y palabras
tenemos el sentir que nos permite
levantar de nuevo nuestras copas
por la voz que nos dobla a nuestro lado.
Por los hijos
mi amiga,
Por lo hijos

1 comentario:

SERKUNK dijo...

¡Por los hijos! Esas personitas que se van haciendo grandes poco a poco, y nos envejecen a nosotros.

Esas personas por las que daríamos la vida aunque no lo sepan, o lo olviden por el camino. Y que son capaces de darnos las mayores alegrías y las tristes y solitarias tristezas.

¡Por los hijos, camarada!