6/5/07

Todo fluye













Todo. Sí. Todo. Hasta el silencio.


Casi sin que nos demos cuenta ha llegado la luz de la primavera. de esta nueva primavera.
Todo es sol y color,
todo nostaljia, así, como el poeta
se empeñara en decirnos:
todo sol, todo color... todo perfecto...
Pero el cielo de golpe se oscurece y compacta
y se levanta
llorando enormes gotas grises de ozono,
sinestesia sensual de besos imposibles.
Todo fluye...
hasta el silencio y los silencios. Aunque sepa que tus ojos contemplan -eso has dicho- el cambiante fluir
de estos labios jironados en palabras azules y silencios...
Sus silencios
que duelen cada tarde en la arena imposble del recuerdo;
y el olímpico silencio de hernosa cazadora
que llora desencuentros en las islas perdidas de su Egeo;
y el silencio del silencio que repica en la aurora
cuando prentendo a veces inducir mis ojos a la vida
inutilmente.
Luego Marta,
hija tal vez de Marte
en la tranquila noche de las ondas,
sueño también, secreto, inconfesable,
que sabe quién es y que promete, dices,
leer en esta casa endeble de palabras
que comparto a ciegas y con nadie .
Me he perdido, por buscarte, en la negra autopista del caos infinito
que nos puso en contacto, sin saberlo o sin quererlo;
mientras ciego buscaba, tropecé con palabras de rimas consonantes
y supe que la voces a veces se laurean
y se visten de premios:
como espadas, como labios, en un basto dominio de retratos con nombre
porque venden su casa en Verlingtonia ¿lo sabías?
porque venden su casa;
y cómo duele la muerte cuando el tiempo predica los olvidos!
Yo sigo, poetisa de diálogos de noches en antena,
sin saber quién soy y sin pararme, como el agua pausada de mi río,
siempre igual y siempre nuevo,
cambiante en mis recuerdos de mañana.
Todo fluye, hasta el silencio;
Todo se va, tal vez, hasta el olvido.

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