22/3/07

Las formas de la soledad son variadas y distintas. Todas tienen un algo de crueldad, pero son diferentes, son variadas. Me miro en la noche desde una de las formas más crueles de la soledad. La soledad de quien ha perdido dos hijos por el camino.
Es otra forma de soledad.
Escucho su nombre en cada silencio oneroso y triste de los muchos que me nublan. Nunca sabrán que me duele su ausencia como el más cruel de los silencios.
La soledad sonora desde la que escucho la vida es como el intrincado ir venir de un mercado sin nombre. Solo se mira a la altura del muestrario onírico que se ofrece; en variopinta procesión de imposibles coincidencias voy y vengo bajo el incesante bullicio vacío o sin tino.
Nada es al final lo que parece.
Esta noche me ahoga la soledad de haber perdido dos rayos de luz que no me alumbran.

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